En los libros para tejer con telares se explica que el telar circular está pensado para tejer en redondo, lo que significa que no tendrás costuras laterales y el acabado es más limpio en prendas como gorros, cuellos y calcetines. Este formato permite trabajar de forma continua, con un ritmo de tejido más fluido, y es perfecto para quienes prefieren evitar el montaje posterior de piezas. El telar recto, por el contrario, se utiliza para tejer en plano, lo que facilita la creación de bufandas, mantas, paneles decorativos o piezas que después se cosen entre sí.
Los manuales también detallan que cada formato exige una interpretación diferente de los patrones: en el circular, las instrucciones se leen como vueltas continuas, mientras que en el recto se alternan pasadas de ida y vuelta. Además, hay variaciones en la tensión y en la forma de rematar las piezas. Por ejemplo, en telar recto es común trabajar orillos para evitar que la pieza se enrosque, algo que no ocurre en el circular. Estos matices hacen que muchos libros recomienden elegir el tipo de telar según el proyecto y el acabado que busques.